¿Disruptivo o responsivo? Cómo entender tu rol en el trabajo

El modelo Working Genius clasifica las genialidades en dos grandes categorías: las genialidades responsivas y las genialidades disruptivas. Entender esta distinción puede transformar la manera en que interactuamos con los demás, gestionamos nuestro trabajo y contribuimos a nuestro equipo.

Genialidades Responsivas

Las genialidades responsivas reaccionan a lo que sucede a su alrededor. Responden al ambiente de una organización o a las necesidades e ideas de otros. Las tres genialidades responsivas en el modelo son:

1. Genialidad del Pensamiento: Involucra la identificación de problemas o la detección de oportunidades. Las personas con esta genialidad tienden a responder a lo que sucede en el mundo, haciendo preguntas como "¿Por qué las cosas son como son?" o "¿Cómo podemos mejorar esto?"

2. Genialidad del Discernimiento: Se centra en evaluar y responder a ideas creadas por otros. Las personas con discernimiento tienen un don para dar retroalimentación precisa y valorar lo que funciona y lo que no. Son excelentes a la hora de tomar decisiones informadas.

3. Genialidad de la Facilitación: Involucra responder al llamado de los líderes o galvanizadores. Los facilitadores aseguran que las ideas y proyectos avancen hacia la implementación, ayudando a administrar las primeras etapas del proceso.

Genialidades Disruptivas

Por otro lado, las genialidades disruptivas provocan cambios y mueven a los demás hacia la acción. Las tres genialidades disruptivas en el modelo son:

1. Genialidad de la Invención o Creatividad: Estas personas generan nuevas ideas y soluciones. No se conforman con lo establecido, sino que buscan siempre formas novedosas de abordar problemas. Son quienes traen innovación a la mesa.

2. Genialidad de la Influencia: Implica inspirar y desafiar a otros para que se muevan en nuevas direcciones. Los influenciadores motivan a la gente a salir de su zona de confort, liderando el cambio y movilizando equipos para que adopten nuevas formas de hacer las cosas.

3. Genialidad de la Tenacidad: Las personas con esta genialidad son expertas en ejecutar. Les encanta ver que las cosas se terminen, y su enfoque en el seguimiento y la consistencia puede generar incomodidad en quienes no están acostumbrados a ese nivel de presión.

¿Cómo te afecta tu combinación de genialidades?

El modelo plantea que cada uno de nosotros tiene dos genialidades en las que brilla, dos en las que nos frustramos y dos en las que somos competentes. Al hacer el assessment del Working Genius, descubrirás si tus dos principales genialidades son disruptivas, responsivas o una combinación de ambas.

Si tienes dos genialidades disruptivas, debes ser consciente de que podrías incomodar a los demás. Por ejemplo, si siempre estás presionando por nuevas ideas o avances rápidos, podrías agotar a quienes prefieren una aproximación más pausada o reflexiva.

En cambio, si tienes dos genialidades responsivas, podrías ser percibido como alguien que no aporta suficientes ideas nuevas o que no impulsa cambios importantes. En este caso, es vital que busques formas de complementar tus habilidades con personas que tengan una genialidad disruptiva.

Por último, si tienes una genialidad disruptiva y una responsiva, es clave prestar atención a en qué etapa del trabajo puedes brillar más. Así, podrás agregar un valor significativo a tu equipo, sabiendo cuándo es el momento de innovar y cuándo es el momento de ejecutar.

Acciones prácticas para llevar esto a la práctica

1. Haz el assessment del Working Genius: Este primer paso es crucial para identificar en qué dos genialidades destacas y cómo estas impactan tu forma de trabajar y relacionarte con otros.

2. Aprovecha tus genialidades y complementa tus debilidades: Si ya sabes en qué brillas y en qué te frustras, busca colaborar con personas que tengan las genialidades opuestas. De esta forma, podrán complementarse y elevar la productividad en conjunto.

3. Comunica tus fortalezas: Al trabajar en equipo, asegúrate de que tus colegas sepan en qué áreas puedes agregar valor y en qué otras necesitarás su apoyo. Esta claridad mejorará la colaboración y reducirá malentendidos.

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