Cada proyecto tiene un nivel de "altitud", y entenderlo puede marcar una gran diferencia en cómo se ejecuta. Déjame explicarte a qué me refiero con esto, especialmente cuando hablamos del modelo Working Genius y las diferentes genialidades que se aplican a lo largo de las etapas de cualquier trabajo o proyecto.
Creo que las personas con la genialidad del pensamiento ven las cosas desde muy arriba, algo así como a 30,000 pies de altura. Están en una etapa más abstracta, cuestionándose el "por qué" y buscando oportunidades o problemas a resolver. Los creativos bajan un poco más a tierra. A partir de lo que han escuchado de los pensadores, lanzan ideas sobre cómo resolver esos problemas o aprovechar esas oportunidades.
Luego están los que tienen la genialidad del discernimiento, que trabajan a unos 20,000 pies. Aún están a buena altura, pero están más enfocados en evaluar las ideas del creativo, analizando si son viables y cómo podrían funcionar en la realidad.
Las personas con la genialidad de la influencia están aún más cerca del suelo, a unos 15,000 pies. Estas personas galvanizan voluntades, motivan a los demás y ponen en movimiento las ideas que han sido evaluadas.
Los que tienen la genialidad de la facilitación ya están prácticamente con los pies en la tierra. Son personas "manos a la obra", que operan a unos 10,000 pies de altura. Se encargan de que las cosas empiecen a funcionar, gestionando los detalles y asegurándose de que todo esté en marcha.
Finalmente, las personas con la genialidad de la tenacidad son las que realmente ejecutan. Están entre los 5,000 pies y el suelo, y no descansarán hasta llevar todo a término. Son quienes empujan hasta la línea de meta, asegurándose de que lo que se ha planeado se concrete.
¿Qué pasa cuando no estamos en la altitud correcta?
Imagina que vas en un avión. Al despegar, el piloto llega a la altitud de crucero, los pasajeros se relajan, puedes desabrocharte el cinturón y todo sigue su curso. Pero, de repente, el avión empieza a descender bruscamente de 30,000 a 15,000 pies, luego baja a 5,000, para después volver a subir sin previo aviso. ¿Cómo te sentirías? Seguramente mareado, desconcertado y sin saber qué está pasando. Algunos pasajeros incluso podrían llegar a vomitar.
Lo mismo ocurre en los proyectos si como líderes cambiamos de altitud de manera abrupta, sin previo aviso y sin seguir una secuencia lógica. Si estamos en la etapa de ideación, donde se generan muchas ideas que aún no se implementarán, tener a personas con genialidades enfocadas en la ejecución (como los tenaces) sería frustrante. No es su momento en el proyecto, y obligarlos a trabajar en una etapa que no les corresponde solo generaría confusión.
Del mismo modo, si intentas saltar la etapa de activación y pasas directamente a la implementación sin haber evaluado adecuadamente las ideas, el equipo se desorientará. Así es como un mal manejo de las "altitudes" del proyecto puede causar que el equipo se frustre y que los resultados no sean los esperados.
¿Cómo mantener la altitud correcta en tu proyecto?
Es clave tener claro en qué etapa del proyecto te encuentras y asegurarte de que todos en el equipo estén alineados con esa etapa. Cada genialidad tiene su lugar y su tiempo, y tratar de involucrar a las personas en momentos que no corresponden a su fortaleza solo genera caos y frustración.
Acciones prácticas para llevar esto a la práctica
Define la altitud de cada etapa del proyecto: Asegúrate de que cada miembro del equipo sepa en qué fase están y qué se espera de ellos. Si estás en una etapa de ideación, deja espacio para la creatividad. Si estás en la fase de implementación, pon a tus personas tenaces a trabajar.
Asignar las tareas adecuadas a las personas correctas: No esperes que alguien con genialidad creativa sea quien lleve el proyecto a término. Del mismo modo, no pongas a un tenaz a generar ideas. Respeta las fortalezas de cada uno y distribuye las responsabilidades según la altitud en la que están más cómodos.
Evalúa constantemente en qué altitud está tu equipo: Si notas que hay confusión o frustración, probablemente es porque hay un desajuste en las tareas y la etapa del proyecto. Haz ajustes sobre la marcha para que todos estén trabajando en la altitud correcta.
Si este enfoque te resuena y quieres aplicar este modelo para mejorar la productividad de tu equipo o gestionar mejor tus proyectos, me encantaría ayudarte. Con más de 25 años de experiencia, puedo guiarte para que tus transiciones personales y profesionales sean más claras y exitosas.
medir dos veces y cortar una sola vez , planificar, analizar ,estructurar y ejecutar
Excelente y muy interesante este principio de medir dos veces y cortar una sola vez. Me hizo recordar la cita bíblica de sentarse primero, hacer cálculos y luego construir. Lucas 14:28. Gracias!